El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende. Salmos 34:7
¿Te ha ocurrido alguna vez que te encuentras en algún lugar y si hubieras estado allí unos momentos más temprano algo malo te hubiera sucedido? Quizás te encontrastes en un embotellamiento de tráfico, la cual hizo que llegaras tarde a donde ibas; solo para encontrar que a causa de la demora te librastes de un accidente? O quizás cambiastes tus planes de viaje, y luego te enteras que si hubieras salido te hubieras encontrado en alguna situación peligrosa? Puede ser que querías invertir tu dinero en alguna empresa comercial, pero “algo” te hizo cambiar de idea, y luego la empresa incurrió en gran perdida de dinero?
A todos nos ha sucedido, y cuando pienso en lo que pudo haber pasado, como que el corazón se me acelera un poco. ¿Conoces esa sensación? Cuando me sucede; doy gracias a Dios quien me libró del peligro que pudo haber pasado.
Cuántas veces Dios nos ha librado de lo peor, enviando a su ángel para protegernos, y ni siquiera lo hemos notado. Nos ha librado de accidentes, situaciones embarazosas, de decir algo que más tarde te arrepentirás, peligros, trampas del Diablo, y aun de la misma muerte; luego al darnos cuenta, damos gracias a Dios por su amor y su cuidado. Cuando reconozco que Dios está presente para librarme de lo desconocido, siento su paz que llena mi ser, y puedo enfrentar cada día con la certeza que Él está conmigo guiando mis pasos y guardándome.
Este Día de Acción de Gracias mientras celebramos con nuestra familia y amistades la provisión de Dios, y lo bueno que Él ha sido con nosotros, hagamos también memoria de aquellos momentos en la cual hubo; un retraso, un aparente fracaso, alguna puerta se cerró, y a través de estos aparentes contratiempos, la mano de Dios estaba orquestando su protección divina para nuestra vida.
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesa. 5:18